¿Tu ordenador va lento? Un PC necesita este mantenimiento básico
Todos hemos pasado por la desagradable experiencia de utilizar un ordenador que va volviéndose más lento con cada día que pasa. Puede que tu equipo fuera de los más rápidos en su momento, pero si lo has utilizado a menudo, notarás cómo cada vez le cuesta más arrancar y ejecutar todo tipo de programas.
¿Está todo perdido? En estas ocasiones, nuestro primer impulso suele ser el de adquirir un equipo nuevo. Sin embargo, en la mayoría de los casos es posible recuperar al menos parte de la velocidad y ligereza de nuestro antiguo ordenador. En este artículo te enseñaremos varias maneras de conseguirlo.
Como no todo el mundo puede contratar un servicio de mantenimiento informático, os vamos a mostrar las mejores acciones para recupuerar el ordenador. Consejos que van desde los más sencillos de llevar a cabo, hasta los más complejos.
Parte 1: Consejos sencillos
Estas primeras técnicas no requieren que tengas prácticamente ningún conocimiento de informática, son muy sencillas de llevar a cabo, y requieren muy poco tiempo. No son las más poderosas, pero pueden ser más que suficientes en algunos casos.
1- Borra archivos y desinstala programas que no necesites
Según va pasando el tiempo, nuestros ordenadores tienden a acumular todo tipo de “basura virtual”. Entre archivos descargados que ya no recordamos habernos bajado, aplicaciones que instalamos pero nunca llegamos a utilizar y demás archivos que no has tocado en mucho tiempo, es más que probable que tu equipo informático tenga su memoria saturada.
Si quieres mejorar la velocidad a la que trabaja tu ordenador, una de las maneras más sencillas de lograrlo es liberar espacio en el disco duro. Es probable que la diferencia no sea demasiado elevada, salvo que realmente estuviese a punto de llenarse; pero se trata de una acción muy fácil de llevar a cabo y que no te requerirá demasiado tiempo.
Borrar archivos es tan sencillo como seleccionarlos, hacer click derecho, y pulsar en “Eliminar”. Puedes incluso seleccionar varios a la vez manteniendo pulsada la tecla “Control” mientras pinchas sobre cada uno de ellos. Eso sí, asegúrate luego de limpiar la Papelera de Reciclaje, o si no tus archivos seguirán estando en tu ordenador y no liberarás nada de espacio.
Desinstalar programas es un poco más complicado, pero no demasiado. Tan solo tendrás que dirigirte a “Configuración”, y elegir la opción “Aplicaciones”. En el menú llamado “Aplicaciones y características”, tendrás una lista de todos los programas que tienes instalados en tu ordenador. Simplemente elige las que no uses y pincha en “Desinstalar”.
Incluso, si quieres ser aún más exhaustivo, puedes utilizar alguna herramienta para liberar espacio de tu disco duro automáticamente. Por lo general, esto no tiene ningún peligro, y tus archivos importantes no serán eliminados; pero puede marcar la diferencia entre un ordenador lento y otro que funcione normalmente.
Hacerlo es más sencillo de lo que mucha gente piensa. No es necesario que recurras a aplicaciones externas, sino que puedes utilizar la que el propio Windows 10 incorpora. Para ello, pulsa las teclas Windows + R, y en la pestaña que te aparezca, escribe “cleanmgr”. Esto abrirá el “Liberador de espacio en disco”, que te permitirá eliminar archivos inservibles de cualquiera de tus discos duros con la máxima facilidad.
2- Organiza tus archivos
¿Tienes el escritorio lleno de iconos y accesos directos? ¿La sección de descarga de tu ordenador tiene cientos de archivos? Puede que tener tu equipo desorganizado esté disminuyendo su velocidad.
Cuando se arranca un ordenador, este tiene que cargar los iconos de todos los programas y archivos que tengas en tu escritorio. Lo mismo ocurre cuando abres cualquier carpeta; si cualquiera de estas ubicaciones está saturada de elementos, lo más probable es que un ordenador de pocos recursos se vea saturado.
Por eso, algo tan sencillo como organizar los iconos de tu escritorio dentro de carpetas puede aumentar sensiblemente la velocidad de arranque de tu equipo. Por supuesto, eliminar los accesos directos es aún más eficaz en la mayoría de los casos.
3- Limpia tu PC de virus
Cuando descargamos archivos de Internet, estamos arriesgándonos a introducir en nuestro equipo programas no deseados de los que ni siquiera somos conscientes. Estas aplicaciones malignas pueden consumir muchos recursos de nuestro ordenador en segundo plano, y ralentizarlo en gran medida.
Por suerte, existen multitud de antivirus que pueden detectar y eliminar este tipo de aplicaciones. Algunos de ellos, incluso, son gratuitos. Es el caso, por ejemplo, de Avast. Windows 10, incluso, cuenta con un programa de serie que te ayuda a eliminar virus y malware de tu ordenador, Windows Defender. Otros antivirus de pago pueden ser aún más eficaces.
Sin importar qué programa de este tipo elijas utilizar, el hecho de eliminar aplicaciones malignas de tu ordenador normalmente hará que vaya mucho más rápido que antes.
4- Elige qué aplicaciones se abren al encenderse el equipo
El momento en el que más problemas suele dar la falta de velocidad del ordenador es al encenderlo. No hay nada más desesperante que tener que trabajar o querer hacer cualquier tarea, y tener que esperar varios minutos antes de poder utilizar tu equipo. En este sentido, desactivar las aplicaciones que se abren automáticamente al iniciar Windows puede marcar la diferencia.
Muchos programas vienen por defecto con la característica de que empiezan a funcionar en segundo plano nada más encender tu ordenador. El problema es que la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de ello; pero por suerte, esto tiene fácil solución. Tan solo tienes que abrir el Administrador de Tareas (presionando control + alt + supr), y elegir la opción “Más detalles”.
Allí, presionando en la pestaña “Inicio”, podrás ver qué programas se inician con tu ordenador y qué impacto tienen en el rendimiento de tu CPU. Si ves que hay alguno que no te interesa, tan solo tendrás que seleccionarlo y pulsar “Deshabilitar” para evitar que se abra al encender Windows.
Parte 2: Cambios en la configuración del sistema
Los consejos que encontrarás a continuación son un poco más avanzados que los anteriores, y requieren que modifiques ciertas opciones internas de tu ordenador. No te preocupes; si sigues paso a paso lo que te contamos, no tendrás ningún problema con tu equipo. La buena noticia es que estas acciones suelen ser mucho más efectivas que las que hemos visto previamente.
5- Desfragmenta tu disco duro
Tu ordenador no guarda los archivos en un solo sitio, sino que los divide en pequeñas piezas que va almacenando en diferentes directorios. En principio, esto hace que tu equipo sea más eficiente; pero en ocasiones, puede producir todo lo contrario. Por eso, es posible que desfragmentando tu disco duro consigas recuperar parte de la velocidad de procesamiento perdida.
A pesar de que suena a algo muy complejo, en realidad el proceso es bastante sencillo. Windows cuenta con una opción integrada que te permite hacerlo. Tan solo tienes que ir a Inicio y, en el cuadro de búsqueda, escribir “desfragmentar”. Al hacerlo, te aparecerá una aplicación llamada “Desfragmentar y optimizar unidades”.
Una vez dentro de este programa, desfragmentar tu equipo es muy fácil. Selecciona el disco duro sobre el que quieres trabajar, y pulsa “Analizar”. Tras ello, tu ordenador te contará en qué estado se encuentra; después, ya podrás darle a “Optimizar” para comenzar con el proceso y recuperar parte de la velocidad de manera automática.
6- Aumenta la memoria RAM de manera virtual
La memoria RAM es uno de los elementos fundamentales a la hora de determinar la velocidad de tu equipo. Cuanto más alta sea, más fluido irá tu ordenador y menos problema tendrá para hacer funcionar cualquier tipo de programa. Pero, ¿qué pasa si tu sistema tiene una memoria RAM demasiado baja para lo que necesitas?
Una posible solución para esto es sacrificar parte de la capacidad de almacenamiento de tu PC. Esto puede cambiar drásticamente la velocidad a la que funciona el equipo, a costa de poder guardar menos archivos en el mismo.
Para conseguirlo, dirígete al Panel de Control de tu ordenador (si no lo encuentras, búscalo en el menú Inicio). Allí, dirígete a “Sistema y Seguridad”, y selecciona la pestaña de “Sistema”. Dentro de la misma, tendrás que presionar en “Configuración avanzada del sistema”, y en la parte superior del menú que se te abrirá, en “Opciones avanzadas”. No te asustes; llevar a cabo este proceso no tiene ningún peligro, a pesar de tratarse de una acción bastante menos intuitiva que las anteriores.
Dentro de “Opciones avanzadas”, encuentra la categoría “Rendimiento” y pulsa sobre “Configuración”. Al hacerlo, se abrirá otra ventana; dentro de ella, tienes que volver a encontrar “Opciones avanzadas”. Por fin, habrás llegado a la sección que contiene el apartado “Memoria virtual”.
Desde aquí, podrás elegir asignar parte de los recursos de almacenamiento del ordenador a la RAM. Pulsa en “Cambiar”, y en la ventana que se te abra, pulsa sobre la casilla “Administrar el tamaño del archivo de paginación para todas las unidades” para desmarcarla. Al hacerlo, ya podrás cambiar cuántos recursos asignar a la capacidad de procesamiento.
Para empezar, asignar 1000 o 2000 MB de memoria a la RAM suele ser más que suficiente para notar una diferencia importante en la velocidad de tu equipo. Ahora ya solo tienes que aceptar los cambios, y probar el nuevo rendimiento de tu ordenador para ver si vuelve a ir rápido.
7- Actualiza los recursos del sistema
En ocasiones, los problemas de velocidad experimentados por un equipo no tienen tanto que ver con problemas del mismo, sino con fallos del software que los desarrolladores han solucionado con un parche. Si ves que ni con todas las opciones anteriores has conseguido mejorar el rendimiento de tu ordenador, puede que actualizando los programas y controladores consigas resolver el problema.
Para hacer esto, dirígete a la “Configuración de Windows”, y abre la opción “Actualización y Seguridad”. Allí encontrarás un botón llamado “Buscar actualizaciones”, dentro de la sección llamada “Windows Update”. Al presionarlo, tu ordenador buscará e instalará automáticamente las actualizaciones del sistema más importantes.
En esta misma línea, igualmente importante es actualizar los drivers de tus periféricos y piezas de hardware; es decir, los programas que permiten controlarlos y que hacen que se comuniquen correctamente con tu ordenador. Por desgracia, no existe ninguna manera de actualizarlos todos a la vez; tendrás que buscar los nombres de tus piezas de hardware uno por uno para ver si sus drivers han sido mejorados.
Parte 3: Recursos de emergencia
¿Nada de lo que has probado hasta el momento ha funcionado? Antes de catalogar a tu equipo como obsoleto, quizás te interese intentar utilizar alguno de estos métodos. Son mucho más drásticos que los anteriores, pero pueden ayudarte a recuperar un ordenador que pensabas que ya no te servía para nada.
8- Reinstala Windows 10
Cuando llevas mucho tiempo utilizando un ordenador, es posible que ni siquiera al eliminar los archivos más visibles consigas liberar su espacio y limpiarlo de virus. En estas ocasiones, es posible que reinstalar el sistema operativo consiga devolverle la potencia que tenía nada más salir de la fábrica.
Existen principalmente dos maneras de reiniciar por completo Windows 10: una es utilizando un USB de instalación, y la otra es desde el propio equipo. La segunda es bastante más sencilla de realizar y suele funcionar bien, por lo que será la que describamos en este apartado.
Para reinstalar Windows 10, entra en “Configuración de Windows” y pulsa sobre “Actualización y seguridad”. Una vez allí, en la parte izquierda encontrarás la sección “Recuperación”. Dentro de la misma, estará la opción “Restablecer”. Si pulsas el botón “Comenzar” que te aparecerá en ese momento, se iniciará el reseteo de Windows 10.
Mientras se realiza el proceso, podrás elegir entre borrarlo absolutamente todo, o mantener tus archivos y programas. En general, si tu ordenador va muy lento y ninguno de los pasos anteriores te ayudaron, necesitarás empezar de cero (después de realizar copias de seguridad de aquello que te interese mantener).
Una opción aún más drástica es la de instalar un sistema operativo más ligero, que consumirá menos recursos de tu ordenador y te permitirá utilizar a gran velocidad incluso los PCs más antiguos. Windows 10 Lite es la versión oficial de este tipo de sistemas operativos, pero existen muchas más que puedes utilizar.
9- Actualiza tu hardware
El último paso que puedes dar antes de dar por perdido tu antiguo ordenador es actualizar o mejorar algunos de sus componentes físicos. El mayor problema de esta opción es que requerirá que te gastes dinero en piezas nuevas para el equipo; pero si compras las adecuadas, podrás revivir por completo un PC que ya pensabas que no podrías volver a utilizar.
Si tienes un equipo muy antiguo, probablemente el mayor cambio que puedes hacer es reemplazar tu viejo disco duro HDD por uno de los modernos SSD. La diferencia en velocidad entre ambos es increíble, aunque los segundos suelen tener menor capacidad de almacenamiento.
Otros elementos que te puede interesar mejorar son la tarjeta gráfica (especialmente si tienes problemas con vídeos de alta definición o videojuegos), y la memoria RAM.
Conclusión
Como ves, existen muchas maneras de mejorar la velocidad de tu equipo si ya no funciona como antes. Desde un mantenimiento básico hasta opciones más drásticas, aumentar el rendimiento de tu viejo ordenador es algo totalmente posible con los consejos que te hemos dado en este artículo.